
Es básico en un país libre que dentro de las actividades diarias de nuestras empresas la Responsabilidad Social Corporativa ocupe parte de ese tiempo. Entre muchas otras acciones, proporcionar un entorno laboral-educativo seguro y dentro de los programas educacionales que marcan nuestras administraciones, las empresas creen espacios reales donde las chicas y chicos aprendan habilidades que pueden usar para ganar conocimientos, generar rédito y traer ganancias económicas a sus familias.
En Afganistán hoy y tras los acontecimientos de los últimos días, sin democracia aparente, aunque nuestros compañeros empresarios lo entiendan como nosotros no podrán ejercer esa parte fundamental de formación en igualdad. Su Régimen discrimina e impide que las mujeres existan como ser humano libre por el mero hecho de nacer mujer y no entienden por cultura o imposición religiosa que hay un valor en educar a estas chicas y darles recursos para respaldar a sus familias en lo económico.
“Es el grito unido de colectivos de todo el mundo quién podrá conseguir cambiar su perspectiva sobre el respeto, los derechos a la educación y el empleo de la mujer».
AEMPRESASSANLUCAR… ¡Grita por vosotras!