
Hablar de Sanlúcar de Barrameda fuera de la ciudad lleva al interlocutor inmediatamente al imaginario colectivo del buen comer y beber. Y pese a que nuestra tierra es mucho más que eso, lejos de intentar desterrar esa imagen, se potencia porque se puede y se debe hacer bandera de un lugar que es una auténtica potencia en cuanto a productos del mar, la tierra y la viña.
La elección de Sanlúcar como Capital Española de la Gastronomía es un gran reconocimiento al trabajo duro de muchos paisanos que se dejan la piel por vender este rincón de la Costa Noroeste como un paraíso para los sentidos. Y a ello se suman elementos de peso como el enclave natural en el que se encuentra, en la desembocadura del Guadalquivir y con el Parque Natural de Doñana enfrente, y el peso de la historia, siendo escenario de gestas como la Primera Vuelta al Mundo.
Sin duda, a esta buena reputación contribuye la labor de la hostelería sanluqueña, que desde hace décadas hace que los visitantes se vayan satisfechos con un producto y un servicio de calidad. Muchas personas de distintas comunidades autónomas sabrían decir de carrerilla varios establecimientos hosteleros de Sanlúcar, signo inequívoco de haber tenido buenas experiencias en nuestra localidad. Y cada vez son más los turistas internacionales que vienen a probar nuestra gastronomía.
La frescura del marisco y el pescado, unas hortalizas y patatas de arenas incomparables o un vino único en el mundo como la manzanilla son suficiente reclamo para atrapar la atención de cualquier visitante, pero la atención de un personal que busca dar su sello propio a cada plato y que el cliente esté a gusto en su establecimiento marcan la diferencia.
En este 2022 icónico muchas miradas estarán puestas en Sanlúcar, con la hostelería como gran canalizadora de la Capital Española de la Gastronomía. Y evidentemente es un reto de altos vuelos para el que hay que estar preparados y será necesario contar con todas las herramientas al alcance, tanto en medios físicos y humanos como en conocimientos y formación. Pero estamos convencidos de que, al igual que siempre ha sido santo y seña y gran abanderada de esta tierra, la hostelería dejará el nombre de Sanlúcar a la altura que merece.
AEMPRESAS agradece la labor de todo el tejido hostelero sanluqueño y les anima ante lo que se prevé un 2022 apasionante en muchos sentidos.